lunes, 29 de agosto de 2011

YO VIVO...


Yo vivo en mi pequeña burbuja de colores,
allí donde el silencio es más completo,
donde no llegan los ruidos de la calle,
donde los carteros no se asoman nunca,
donde no se cambian los semáforos,
donde los días y las noches son iguales,
donde no existen vigilantes en los muelles,
ni en los ríos, ni en los bosques.


Yo vivo en ese espacio sin fronteras
que separa las naciones y los hombres,
yo vivo allí, donde los trenes han dejado
las maletas,
donde los niños han corrido tras sus sueños,
donde los prados se llenaron de caricias
al llegar la primavera,
donde quiso florecer aquel agosto ya lejano,
donde un labio, suspirando, escuchaba de otro
labio sus palabras,
donde unos ojos de avellana me decían
que me amaban,
donde unas manos recorrieron los senderos
de mi cuerpo,
donde las aguas de aquel lago, en el estanque,
se fundieron en dos besos.


Yo vivo en ese mundo de poemas y de versos,
allí donde la vida continúa y nunca para,
y si acaso es el poeta el que detiene
los relojes,
yo vivo donde existe la escollera que detiene
las mareas,
donde busca el vagabundo un rincón para dormir,
donde cantan las sirenas en la playa a las estrellas,
donde duermen y descansan las ardillas y los ciervos,
donde están aquellas letras moldeadas con tu nombre,
donde el roble fue testigo del abrazo que nos dimos,
donde existe la nostalgia del recuerdo en la ciudad
que ya no nombro.


Yo vivo entre los muros de mis sueños,
allí donde regresan, cada otoño, las alondras,
donde viene cada día la gaviota a anunciarme
el nuevo día,
donde veo la colilla y el tabaco que fumaste,
donde aspiro ese perfume sugerente del café
de la mañana,
donde siento que te amo y te lo digo en un susurro,
te lo grito en el silencio
y te lo llevo hasta tu oído tan sensible.


Yo vivo ahí y aquí, en ese mundo y estas letras,
y vivo para ti, en mi soledad,
la que fabrico con mis versos y mi pluma,
la que golpea día y noche en mi cerebro,
la que palpita por mi sangre con tu nombre
cual marea embravecida,
la que surge con la lava y la pasión más encendida
y te abraza y te desea, en el silencio.


...Yo vivo para ti, y tú lo sabes.


Rafael Sánchez Ortega ©
29/08/11

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