domingo, 20 de febrero de 2011

ENTONCES LA ESCRITURA SE HACE OSCURA...



II

Entonces la escritura se hace oscura
y escribo de mil cosas diferentes;
de mares y de estrellas hoy presentes,
mezcladas con tinieblas y blancura.

Empaño, al escribir, tanta amargura,
que escribo de los cielos inclementes,
y ellos me sonríen tan ausentes
sabiendo de mi amor y mi locura.

Mis dedos han tomado el lapicero
pintando en el cuaderno las auroras.
Mis piernas han buscado el derrotero

y el dulce escalofrío de las horas.
Es fácil escribir, siendo sincero,
y más tras las caricias tentadoras.

Rafael Sánchez Ortega ©
19/02/11

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