jueves, 8 de abril de 2010

SE DESCOLGÓ EL SILENCIO DE TU PECHO

Se descolgó el silencio de tu pecho
para ir a mirar por la ventana
esa dulce y preciosa primavera,
ese mar que llegaba por la playa.

Pero tú navegabas con tus sueños
entre olas y mares con sus algas,
con las olas y vientos tan bravíos
y la niebla abrazándote la espalda.

¡Cuánta nota quedaba en tus recuerdos
de momentos felices y de calma!,
...Mil susurros vertidos y velados
de la voz que te hablaba sin palabras.

Sin embargo sacabas el silencio,
y tu pecho un suspiro se dejaba,
con la miel agridulce del pasado
que buscaba nerviosa tu mirada.

Pero no, tu pasado estaba ausente,
no tenía cabida ni esperanza,
el pasado es pasado, y lo sabías,
y el futuro es el tiempo que te llama.

Quizás puede que quede en el silencio
esa brizna inocente de nostalgia,
aquel dulce y cruel escalofrío
con el beso y caricia que te daban.

Más la vida es andar por los caminos,
no es mirar al pasado y a sus páginas,
ni tampoco estancarse en los recuerdos,
ni quedarse mirando a la distancia.

Se descolgó el silencio de tu pecho
y escuchaste la nota de aquel arpa,
también viste la mano generosa
arrancando la música sin pausa.

Allí estaba el futuro de tu vida,
con sus pros y sus contras anotadas,
esperando tu pecho tan vacío
del silencio que ahora se alejaba.

Pero tú, soñador empedernido,
cubrirás el silencio que te falta
a través de la tierra que palpita
y en la voz que se encuentra en sus entrañas.

Rafael Sánchez Ortega ©
08/04/10

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