jueves, 27 de octubre de 2016

EN UNA PLAZOLETA...


En una plazoleta,
pequeña y sin farolas,
había cuatro bancos
que usaban las palomas.

También los viejecitos
sentaban su persona,
allí, cuando los cielos,
gustaban de las bromas.

Dos calles adelante
estaba la fondona,
lugar de peregrinos
portando alguna concha.

La concha de Santiago
en ínclitas personas.
viajeros, como muchos
que escapan de las sombras.

También había iglesia,
románica y con losas,
sepulcros blanqueados
de ancestros que las copan.

Arriba, la cigüeña,
está con pata coja,
mirando al horizonte
sabiéndose señora.

El nido sempiterno
parece que rebosa,
y un día y otro día
nos va dando la hora.

No sé lo que contiene
el pétalo y la rosa,
que porta el peregrino
dejándola en tu boca.

"...En una plazoleta
pasaron muchas cosas,
y allí, con mil caricias,
los labios hoy se rozan..."

Rafael Sánchez Ortega ©
08/10/16

12 comentarios:

  1. La plazoleta es un micromundo donde todo puede suceder.

    Besos.

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  2. ¡Ay las plazoletas! tan llenas de despedidas y de encuentros. También de algún que otro poema deshilachado entre el pensamiento y el recuerdo, porque todo hay que decirlo.
    Un precioso romance que como siempre, está dentro de tu línea. Un abrazo Rafael.

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    Respuestas
    1. Tienes razón, así subyace ese sabor de las "plazoletas", Juan, tal y como bien señalas.
      Un abrazo.

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  3. Cuanta solera tienes los bancos, si ellos hablaran.
    Bello Rafael.
    Besos!

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  4. Qué bonito, Rafael. Es como un viaje al ayer.

    Mil besitos.

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  5. Los bancos lo que tienen que hacer es dormir y callar, que para eso son bancos.
    –¿Y si cantaran?
    –Si cantaran les saldría una bella canción de amor.

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