lunes, 30 de septiembre de 2013

YO TAMBIÉN HE BUSCADO EL SILENCIO...


Yo también he buscado el silencio
en las noches heladas y frías,
para ver si en el mismo encontraba
unas gotas de amor infinitas.

Pero nunca encontré la respuesta
a esa paz que mi alma pedía,
ni encontré la laguna de plata
donde el agua descansa y suspira.

Me perdí por las calles oscuras
persiguiendo mil sombras distintas,
y creyendo alcanzar la figura
que en los sueños, tan dulce, nacía.

He buscado, paciente, el silencio
en iglesias con luz amarilla,
y tan solo me hablaron las piedras
con sus tristes ventanas vacías.

¡Cuánta nota dormía en sus bancos
como duerme la imagen bendita!,
¡cuánto incienso quemado a los dioses
y qué cera en velones sin vida!

Porque así descansaba el silencio,
terrenal, de una iglesia tranquila,
y sonaban, sin voz, las campanas,
en la torre llamando a la misa.

He buscado el rumor del silencio
en las playas de arenas muy finas,
en mañanas soplando el nordeste
y aguantando el salitre y la brisa.

Pero solo llegaban las olas,
con resacas, sin más, a la orilla,
y atrás quedan los mares sin nombre
con silencios mortales y heridas.

¡Cuántas vidas bajaron al fondo
de las aguas oscuras e impías!,
¡cuántos seres quedaron llorando
en los muelles por barcas vacías!

He buscado el silencio en tus brazos
y el amor, en la tierna mejilla,
pero estaba soñando, sin duda,
porque tú te ausentaste enseguida.

Yo no sé la oración de las almas
que en silencio, valientes, suplican,
y quisiera saber sus misterios
y plegarias que ardientes recitan.

Porque solo el silencio es silencio
y en la nada el silencio se cita,
a pesar de buscarlo en las noches,
en las tardes, mañanas y días.

"...Yo también he buscado el silencio
y esperaba encontrar tu sonrisa,
invisible y cubierta de sombras,
que alegrase esta página escrita..."

Rafael Sánchez Ortega ©
30/09/13

domingo, 29 de septiembre de 2013

HE APRENDIDO TU NOMBRE...


He aprendido tu nombre
y no quiero olvidarlo,
son apenas seis letras
que pronuncian mis labios.

Y te miro y remiro
como un niño descalzo,
que buscara en el cielo
a la luna y los astros.

Pero ya en el otoño
hoy te observo temblando,
y suspiro tu nombre
y lo hago despacio.

Yo no quiero asustarte,
cenicienta de paso,
ni robar tus suspiros,
ni quitarte tu manto.

Solo quiero tus ojos,
el temblor de tus labios,
y esa gracia que tiene
tu carita de encanto.

Porque quiero llevarte,
con tu mano en mi mano,
a un paseo en la playa
para ver a los barcos.

Para ver a los mares
con su baile dorado,
y mirar las gaviotas
que se cruzan volando.

Es un baile de espumas
y de sueños extraños,
donde todo es posible
y el amor es un faro.

Una eterna constante,
una luz en el llano,
una dulce cigarra
que nos deja su encanto.

Ya se cierra la noche,
van las sombras llegando,
y se escuchan resacas
y sonrisas y llantos.

"...He aprendido tu nombre
que he cosido en un lazo,
más allá de las nubes,
con suspiros robados..."

Rafael Sánchez Ortega ©
29/09/13

sábado, 28 de septiembre de 2013

HE SABIDO QUE TÚ TE HAS MARCHADO...


(A Uly...)

He sabido que tú te has marchado
a un lugar sin destino y sin nombre,
un rincón donde habita el silencio
y tan solo susurran los robles.

Has partido, sin más, de puntillas,
cenicienta, vestida de pobre,
pero yo te recuerdo en presente
deshojando tus mil girasoles.

Preguntabas por cosas del mundo,
cuestionabas la paz de los dioses,
afirmando que nada existía
más allá de suspiros y voces.

He sentido tu marcha profunda
al lugar de los elfos y el bosque,
mi rincón que ante ti defendía,
aunque tú lo negabas entonces.

Cenicienta teñida de rubia
¿dónde estás?, me preguntan los hombres.
No lo sé, les contestan mis ojos
derramando dos lágrimas nobles.

Rafael Sánchez Ortega ©
La Palma, 17/09/13

SE ME ROMPE EL CORAZÓN...


Se me rompe el corazón en mil pedazos
y no puedo remediar lo que me pasa,
siento pena y rebeldía en el cerebro
que es ajeno a temporales y distancias.

Yo sé bien lo que la vida nos entrega,
lo que pide y lo que surge en la mañana,
y también que la razón no es importante
y que priman las señales más extrañas.

Yo quisiera caminar entre las nubes
y volar por los senderos de las aguas,
y quisiera que escucharas el silencio
y también la sinfonía sin palabras.

Yo quisiera rescatar tu cuerpo herido
y apartar de tus pupilas las legañas,
restañar esa tristeza de tus ojos
y dejar entre los mismos mi esperanza.

Una brisa que te cubra y te serene,
una linda mariposa plateada,
una brizna de alegría de los cielos
y una gota de la lluvia en tus entrañas.

Porque quiero retenerte entre mis brazos
y dejarte en tus oídos muchas nanas,
y llevarte al bosque eterno de los elfos
y dormirte en la cabaña de las hadas.

Y es así, como te quiero, cenicienta,
y es así como te buscan mis resacas,
las eternas fantasías de la mente
que en mis labios y mi pecho van marcadas.

Yo te quiero con el cuerpo estremecido,
el que vibra asustadizo a la campana,
el que lucha por la vida día a día,
el que late cuando llora y cuando ama.

"...Se me rompe el corazón en mil pedazos
y la sangre es un torrente que me estalla,
es un grito incandescente que reprimo
de protesta y de vacío ante la nada..."

Rafael Sánchez Ortega ©
28/09/13

viernes, 27 de septiembre de 2013

ME HE MIRADO LA CARA AL ESPEJO...


Me he mirado la cara al espejo
y ahí he visto los años que pasan,
las arrugas grabadas y surcos,
por un tiempo que llega y se marcha.

He sentido el rubor de los niños
al notar que mi mano temblaba,
pues los dedos tan firmes de antaño
ahora son cenicientas gastadas.

Mas he visto la luz en el fondo,
la que llevan los hombres que aman,
los que viven quizás día a día,
sin temer los reveses del alma.

Porque somos cautivos del tiempo
y venimos y vamos al alba,
a ese tiempo que nunca termina,
donde corre la vida sin pausa.

Y seremos, tal vez, inmortales
en un mundo de eterna esperanza,
donde solo se quedan los sueños
prisioneros sin voz y sin barca.

Es la vida sencilla que llega,
es la hora que marca la aldaba,
la llamada perpetua del hombre
a una muerte, quizás, anunciada.

Y se quedan los árboles mudos,
y se agotan también las palabras,
porque viene la sombra siniestra
que nos lleva con prisa a la nada.

Más no quiero partir de este mundo
renunciando a sutiles fragancias,
ni al olor de ese cuerpo tan lindo,
ni al sabor de tu fresa preciada.

Quiero amar, una vez, todavía,
quiero ser ese niño sin causa,
quiero oír el latir de tu pecho
al besar unos labios de plata.

Rafael Sánchez Ortega ©
La Palma, 16/09/13

HA LLEGADO, POR FIN, EL OTOÑO...


Ha llegado, por fin, el otoño
y su brisa recorre mis sienes,
hoy me siento feliz al notarlo
y al oír los suspiros tan breves.

Es el grito que dejan sus labios,
es la niebla que nace y se muere,
son las hojas doradas del árbol
y es la alfombra del bosque latente.

Unos niños caminan a clase,
unos hombres extienden sus redes,
las mujeres se afanan y  callan,
los ancianos musitan sus preces.

Una magia se extiende sin nombre
por las calles, las plazas y fuentes,
una música suave y ligera
deja notas de sol y de nieve.

Mas la nota sutil del otoño
es aquella que nunca se duerme,
la que vibra por siempre en la sombra
la que alegra al oído impaciente.

Y esa nota es la hoja dorada,
la que toman poetas, a veces,
con escritos plasmados en ellas
y mensajes concisos y breves.

"Yo te quiero", decía una nota,
(marchitada y carente de verde),
"con tu cara preciosa y tan linda
y te quiero por ser como eres."

Y otra hoja también del otoño
respondía con nota infrecuente:
"Yo te amo, mi amor, no lo dudes
y estarás en mi pecho, por siempre..."

El otoño se viste de largo
y arremete con furia el oeste,
gimotean los cielos tan grises
y sus lágrimas dulces florecen.

"...Ha llegado, por fin, el otoño,
en un nuevo y tranquilo septiembre,
ya deseo robarle su abrazo
y hasta el beso de seda que tiene..."

Rafael Sánchez Ortega ©
27/09/13

jueves, 26 de septiembre de 2013

UNA HOJA ABANDONADA...


Una hoja abandonada
hoy he visto en mi libreta,
y al mirarla yo he sentido
sensaciones muy diversas.

Por un lado de alegría,
por el otro de sorpresa,
pues la hoja mencionada
fue un regalo de la tierra.

Recogida por mis manos
de aquel suelo, soñolienta,
la mezclé con otras hojas
virginales y dispuestas.

Hoy la veo y me conmueve
esa hoja y lo que lleva,
de recuerdos y de sueños
y también de gran tristeza.

El pasado es el pasado
y no hay nadie que lo mueva,
unas veces está lejos
y otras muchas está cerca.

Y es quizás, en ese estado,
cuando el alma se me anega,
renaciendo las heridas
de las rosas prisioneras.

Aún recuerdo aquella hoja
que tomó mi mano trémula,
y recuerdo tantos sueños
que salió de su belleza.

Yo recuerdo la figura
que la hoja me trajera,
y recuerdo hasta su risa
y sus ojos de leyenda.

Me entristezco al recordarlo
y ahora mismo me da pena,
son tal vez, las telarañas,
que dan vueltas y más vueltas.

Y lo hacen sin concierto
entre espinos y entre fresas,
que forjaron mis sentidos
y plasmaron en poemas.

"...Una hoja abandonada
hoy he visto prisionera,
la tomé en aquella tarde
sin saber que estaba muerta..."

Rafael Sánchez Ortega ©
La Palma, 16/09/13

ME ENVIASTE UNA FLOR...


Me enviaste una flor por la ventana
que tomé con presteza y con premura;
era un día cualquiera, una mañana,
en que vi tu cariño y tu ternura.


Yo buscaba una flor de porcelana,
una rosa mimada con usura,
una tierna violeta puritana
o hasta un lirio dejado a la ventura.

Pero tú me dejaste simplemente
el regalo más bello de la vida.

Fue aquel beso, sin más, tan dulcemente,
una flor para un alma malherida.

Y con él cultivaste la simiente
de un amor en la tierra prometida.

Rafael Sánchez Ortega ©
26/09/13

miércoles, 25 de septiembre de 2013

AUNQUE APENAS TE CONOZCO...


Aunque apenas te conozco
tienes algo que cautiva,
un encanto que despierta
tu mirada y mi sonrisa.

Eres linda mariposa
que alimentas mi pupila,
y tus labios seductores
ya me besan y suspiran.

Porque sueño con tus manos
y también con tu barbilla,
y esas pecas juveniles
que te hacen ser más niña.

Soy devoto de tu charla
y te escucho mientras brillan,
los luceros de unos ojos
que yo creo que titilan.

Me emborracha tu palabra
cuando lees mis poesías,
y consigues que te lleve
en mi pecho guardadita.

Esa voz me vuelve loco,
es perfecta melodía,
con un timbre inconfundible
que te hace ser distinta.

Y te escucho y no me canso,
hora a hora y día a día,
y me siguen tus recuerdos,
con destellos de la brisa.

Hoy te he visto nuevamente,
paseabas muy tranquila,
por la nube que en el cielo
de celestes se teñía.

No sé bien lo que pasó
por mi alma muy deprisa,
pero quise ir a tu lado
y gritar que te quería.

"...Aunque apenas te conozco
eres dulce manzanilla,
un placer que en mi locura
hago parte de la vida..."

Rafael Sánchez Ortega ©
La Palma, 15/09/13

SIENTO ENVIDIA DE TUS OJOS...


Siento envidia de tus ojos
y también de tu sonrisa,
más no puedo remediarlo
cuando llegas y me miras.

Es un mar de sensaciones
que se exaltan y me excitan,
y se extienden por mi cuerpo
a buscar a tus pupilas.

En las mismas hago un alto,
leo en ellas lo que dictan,
y penetro entre las sombras
y me duermo en sus orillas.

Hay riberas en tus ojos
que desprenden mil caricias,
y hay remansos con luz propia
sin faroles ni bombillas.

Mas tus ojos, que enamoran,
no son nada sin tu risa,
sin los pliegues de esos labios
que se fruncen sin medida.

Un conjunto de emociones
llega al alma que te mira,
y hasta el pecho, vacilante,
hoy su sangre le encandila.

Dos ojitos y unos labios
son la causa de esta prisa,
del galope vacilante
de un caballo sin la brida.

Yo preciso de tus ojos
para ver lo que tú escribas,
y preciso de tus labios
para oír lo que me digas.

Necesito que me mires
y también que me sonrías,
necesito que me hablen
tus ojitos y barbilla.

Y después, en nuestros sueños,
volaremos por la ría,
en la nube caprichosa
que en un manto nos cobija.

Volaremos los dos juntos
en muy tierna compañía,
escuchando los suspiros
de las olas blanquecinas.

Escuchando nuestros labios
sin palabras conocidas,
en un diálogo de sordos
y susurros de la brisa.

"...Siento envidia de tus ojos
y tu boca tan divina,
más no puedo remediarlo
porque quiero hacerte mía..."

Rafael Sánchez Ortega ©
25/09/13

martes, 24 de septiembre de 2013

MONTAÑAS, NEGRAS MONTAÑAS...


Montañas, negras montañas,
de volcanes y cenizas,
sin apenas arbolado
y también sin praderías.

Hay tristeza en vuestro aspecto
y es un algo que encandila,
es quizás por la pobreza
que quisiera ver la vida.

He buscado en vuestras faldas
la ilusión y la alegría,
encontrándose mis ojos
sin apenas maravillas.

Mas abajo, es el somonte,
nos embruja y nos hechiza,
con las plantas más diversas
y una fauna muy distinta.

Hay barrancos soñolientos
con los cantos en la orilla,
y meandros tortuosos
que se estrechan y se estiran.

Unas sendas los circunda
y en las mismas se camina,
y se sueña en viejos tiempos
que han pasado y no se olvidan.

El silencio es la constante
y la paz bien se respira,
solo rompe el sortilegio
del volar de las rapiñas.

Mucha sed hay en las sendas
y en las almas andarinas,
atrás quedan los problemas
y con ellos tantas prisas.

Los latidos son pausados
y hasta brillan las pupilas,
contemplando todo aquello
que hasta arranca las sonrisas.

"...¡Ay montañas de Canarias!,
siempre oscuras, aunque altivas,
os formaron los volcanes
con su lava y sangre fina..."

Rafael Sánchez Ortega ©
La Palma, 15/09/13

HOY QUISIERA...


Hoy quisiera que me dejes
enseñarte las estrellas,
y que vengas a mi lado
de la mano, por la arena.

Porque así conseguiremos
una música sincera,
que nos llegue de los mares
y también de las sirenas.

Buscaremos caracolas
que nos dejen las mareas,
y las algas con el yodo
y las olas tan traviesas.

Buscaremos, en el cielo,
como pasan los cometas,
como brillan, con la fiebre,
las pupilas tan inquietas.

Hoy quisiera que me dejes
enseñarte mil veredas,
las que llevan hasta el puerto
y prosiguen a la iglesia.

Porque en ellas, nuestros labios,
se juntaron con promesas,
en un acto y con testigos
de la luna y la ribera.

Bella luna y caminante
que en el agua te reflejas,
guarda tú bien el secreto
que observaste tan despierta.

Y también guarda el suspiro
y el susurro de la tierra,
con el grito desgarrado
del amor que fue a tu puerta.

Nunca temas despertarnos,
dulce luna tan atenta,
porque vienes con nosotros
tan lozana y tan serena.

Junto al mar te colocamos
simplemente de farera,
y queremos que en sus aguas
tú te bañes y te duermas.

"...Hoy quisiera que me dejes
contemplarte cenicienta,
y robarte de tus labios
un suspiro de sal muera..."

Rafael Sánchez Ortega ©
24/09/13

lunes, 23 de septiembre de 2013

QUISIERA...


Quisiera recorrerte con mis dedos
despacio, por tus valles y colinas,
y así, muy lentamente, adormilarte,
mis dedos, que nerviosos ya palpitan.

Quisiera que sintieras los suspiros
mezclados con sudores y caricias,
y luego, que tus labios musitaran,
palabras con susurros a la vida.

Quisiera tus jadeos en mi carne
temblando de pasión y de lascivia,
de forma que tu cuerpo me pidiera
la brasa que me nace y te suplica.

Quisiera ser el dueño de tu trébol,
el ser que te causara mil fatigas,
el beso que saciara tus sentidos
y el néctar que empalague tu sonrisa.

Quisiera ser la rosa de los vientos,
la estrella que te saque mil esquirlas,
la brisa que te bese y que te excite
tan solo con rozarte, vida mía.

Rafael Sánchez Ortega ©
La Palma, 14/09/13

ERAN TRISTES LOS INVIERNOS...


Eran tristes los inviernos
mas no así las primaveras,
en los unos hay silencios
y en las otras mil estrellas.

Aunque puede que me digan
que silencios hay, y penas,
con estrellas todo el año
que se juntan y se mezclan.

Pero busco en estos versos
la metáfora sincera,
la que exprese las saudades
de manera más correcta.

Eran tristes los inviernos,
dice el hombre que recuerda,
porque el miedo de aquel niño
se ha quedado en su cabeza.

Sin embargo nunca olvida
primaveras tan eternas,
con las flores suspirando
entre lluvias muy intensas.

Fue el encanto de la infancia
y la magia de la niebla,
que arrancaron los violines
de una música secreta.

Eran tristes los inviernos,
murmuraban las mareas,
con las olas desbocadas
en la playa y por la arena.

Mas recuerda agradecido
primaveras de leyenda,
persiguiendo mariposas
que querían ser cometas.

Aun lo piensa y se conmueve
en la duda que es eterna,
porque el hombre, ya en su otoño,
sigue al niño muy de cerca.

"...Eran tristes los inviernos
con tormentas y  galernas,
pero el alma se alegraba
al llegar la primavera..."

Rafael Sánchez Ortega ©
23/09/13

domingo, 22 de septiembre de 2013

AL MAR.



Te tengo enfrente, mar,
y busco tu consuelo,
de aguas soñolientas
que dejan mil reflejos.

Yo busco entre las olas
sirenas que no encuentro,
leyendas de piratas,
marinos de otro tiempo.

Mas solo me responden
rumores, con el viento,
que dejan las mareas
rompiendo los silencios.

Yo pienso muchas cosas
y vivo con mis sueños,
de playas escondidas
y arenas con tus besos.

Y quiero tu presencia,
¡oh mar de mis deseos!,
y quiero que me abraces
y lleves mar adentro.

Te quiero en el salitre
que aspiro por los puertos,
y luego vas conmigo
y ves lo que yo veo.

Te quiero en la distancia
que obligan los luceros,
y luego en esa luna
buscando en ti su espejo.

Te quiero mar del alma,
así, sin más misterio,
soy tuyo para siempre
con todo lo que tengo.

Te llevo dentro, mar
y es todo lo que siento,
"salitre por las venas
gritando que te quiero"

Rafael Sánchez Ortega ©
La Palma, 14/09/13

HAY UNOS VIAJES...


Hay unos viajes que se hacen y disfrutan
y que vuelves de los mismos renovado;
es posible que la calma y la alegría,
tranquilicen los sentidos de tus pasos.

Es posible que las largas caminatas
aceleren el olvido del trabajo,
y lo dejen archivado en la alacena
de un sincero pensamiento muy humano.

Si has estado recogiendo las semillas
y los frutos primorosos de los campos,
aunque sea con la vista, simplemente,
tú sabrás, sinceramente, de que hablo.

Y es así la melodía de las almas,
la que suena revoltosa en los remansos,
la que gritan por las noches las estrellas,
la que emiten las cigarras a los astros.

La que sale en la mañana con el alba,
la que evocan los gorriones con sus cantos,
la que dejan las montañas con sus nieves,
la que surge en las calderas y barrancos.

Todo es nuevo en los albores de los viajes,
cuando crecen y prodigan los abrazos,
cuando nacen sentimientos en las almas
cuando brotan los suspiros de los labios.

Todo es nuevo, en primavera, y tú lo sabes,
porque viajas por la vida de mi mano,
porque sueñas con mil sueños y utopías,
porque buscas la caricia y el regalo.

Sin embargo pasa el tiempo y a su vez,
en el tiempo, recorremos un verano;
se nos van las margaritas de colores,
y se acerca un viejo otoño marchitado.

Es por eso que los viajes son precisos
y también las carantoñas de los ratos,
con las bromas compartidas y el buen vino,
y las risas que nos salen sin dudarlo.

"...Hay unos viajes que se hacen y te alegran,
y que vuelves tras los mismos muy borracho,
y es el néctar de la vida que has bebido,
y es la lava que en tu sangre está brotando..."

Rafael Sánchez Ortega ©
22/09/13

sábado, 21 de septiembre de 2013

PERDIDA LA MIRADA...


Perdida la mirada,
buscando el infinito,
dos ojos vacilantes
dejaban un suspiro.

Después de la sentada
debajo de los pinos,
con charla muy ligera
regada con buen vino.

Un recio montañero
precisa de unos mimos,
y ensaya una jugada
con arte y con buen tino.

Resbala en la bajada
y cae cual tiovivo,
sentando su trasero
al borde del camino.

Se queja de su hombro
que tiene dolorido,
y entonces gimotean
los ojos de aquel niño.

"Precisa que lo besen",
susurra compungido,
y acallen sus dolores
abrazos y cariños.

Alfredo se nos queja,
se queda blanquecino,
le duele la culera
y el hombro está malito.

¡Ay Rosa de mi alma!,
¡Ay Tere!, ¿dónde has ido?,
¿no veis que un montañero
requiere vuestros mimos?

María bien le atiende
con grácil pañuelito,
le pone recto el hombro
y el brazo en cabestrillo.

Los ojos se le nublan
y busca el infinito,
Alfredo está en la gloria
cansado y aturdido.

"...Perdida la mirada,
soñando como un crío,
un recio montañero
se encuentra en el Olimpo..."

Rafael Sánchez Ortega ©
La Palma, 13/09/13

SE HAN PERDIDO TUS PASOS POR LA ACERA...


Se han perdido tus pasos por la acera
y tras ellos se fueron mis suspiros,
te marchabas, de prisa, de mi lado,
a buscar la razón de tu destino.

Yo sentí que un puñal me atravesaba
y un dolor me acercaba hasta el delirio;
pues un mundo de sueños y colores
se perdía contigo en un abismo.

Fue el momento crucial de la resaca,
el nordeste azotaba con gran brío,
pero tú navegabas en la nave
a otro mundo variado y muy distinto.

Se fugaba la bella cenicienta
y dejaba los árboles marchitos,
un otoño que apenas comenzaba,
un septiembre de tonos infinitos.

Pero atrás, contemplando las estrellas,
soportando la escarcha y el rocío,
un  poeta lloraba por tu marcha,
y los pasos tan lindos y queridos.

Se perdía la esencia de tu magia,
aquel labio de besos intranquilos,
aquel seno meciéndose en la tarde
y la voz que llenaba los oídos.

Se quedaban las olas soñolientas
sin apenas rumores blanquecinos,
y hasta el mar que abrazaba las arenas
las rozaba tan solo con sigilo.

Se esfumaba tu rastro en lontananza
como el humo de un tierno cigarrillo,
y en el cielo asomaban las estrellas
con migajas de luz y de cariño.

"...Se han perdido tus pasos por la acera
y tras ellos me fui con mis castillos,
así pude observar que en las derrotas
se pelea hasta el fin, con uno mismo..."

Rafael Sánchez Ortega ©
21/09/13

viernes, 20 de septiembre de 2013

SUENAN CASCADAS SIN NOMBRE...


Suenan cascadas sin nombre
en las lejanas montañas,
y también suena en el aire
el suspirar de las almas.

Hombres que pasan y piensan,
niños que juegan y saltan,
son los rumores que vibran
entre las calles y plazas.

Pero sin duda un torrente
es el que suena y destaca,
y es el que emiten los pechos
que en el silencio se aman.

Surgen miradas sublimes
y hay otras tiernas miradas,
unas de hombres muy sabios
y otras en ojos de plata.

Porque los niños que sueñan
tienen ternura que emana,
y que contagia a los padres
y a los amigos alcanza.

Quiero seguir siendo niño
para escuchar las cigarras,
y convertirlas en sueños
como canciones y nanas.

Nanas que dicen los labios
y que sin duda te embriagan,
porque en sus letras tan dulces
llevan rocío en las alas.

Yo sí, quisiera perderme
por los senderos del agua,
y compartir las sirenas
con el salitre en la playa.

Quiero dormir en tus brazos,
quiero escuchar tus palabras,
con esa nana que ocultas
entre tus labios de maga.

"...Suenan cascadas sin nombre
en los rincones del alma,
yo las escucho y te miro
en tus pupilas, que hablan..."

Rafael Sánchez Ortega ©
La Palma, 12/09/13

EN UNA TARDE...


En una tarde nueva,
preludio de una noche,
las luces se retiran
hurtando los colores.

Nos dejan las tinieblas,
las sombras uniformes,
los sueños de los niños,
las nanas de los hombres.

Se van las melodías
que oyeron nuestras voces,
y quedan en el aire
el eco de mil sones.

Se van ciertos testigos
ocultos en faroles,
dejándonos siluetas
en rejas de balcones.

En una tarde oscura,
con sombras muy veloces,
un hombre junto al árbol
miraba el horizonte.

Veía las tinieblas
llegando en gran desorden,
y en ellas el abrazo
de un cielo que se esconde.

Un cielo que se pierde,
que para los relojes,
que duerme con los niños
y pide sus favores.

Un cielo que a las gentes
seduce con sus dones,
y engaña con quimeras
que acaban en dolores.

Más siempre hay un respiro,
un sueño de las doce,
un beso de la brisa
y un labio que lo acoge.

"...En una tarde fría
un árbol le responde,
al hombre solitario
y al niño de las flores..."

Rafael Sánchez Ortega ©
20/09/13

jueves, 19 de septiembre de 2013

SE ENAMORÓ DE TUS OJOS...


(A Inma y Thomas...)

Se enamoró de tus ojos
un doncel de la Germania,
y compartisteis sin miedo
el placer de las montañas.

Por los riscos te seguía
y a la vez le acompañabas,
con la sonrisa en los labios
que te nacía del alma.

Descubriste que el gigante
era un niño con palabras,
de una lengua muy profunda
que aprendiste sin tardanza.

Fueron días muy intensos
con suspiros y miradas,
recorriendo los caminos
de mil sendas muy extrañas.

Y en la noche paseando
escuchasteis las cigarras,
y mirasteis las estrellas
y el cometa que pasaba.

Y nacieron sentimientos,
casi, casi, de la nada,
en mil versos susurrados
con las manos bien trenzadas.

Te enamoró su persona
y la figura gallarda,
y le entregaste tu vida
para seguirle en su marcha.

Ese avanzar a las cumbres,
ese vivir sin distancias,
ese reír los dos juntos
con las caricias amadas.

Porque el amor, que es eterno,
nace de pronto, y sin pausas,
y se comparte con gusto,
y se disfruta y se masca.

"...Te enamoró, ante tus ojos,
una figura gallarda,
un grandullón, casi un niño,
que precisaba tu alma..."

Rafael Sánchez Ortega ©
La Palma, 11/9/13

HOY QUE LLEGO RENOVADO...



Hoy que llego renovado
y plagado de alegría
traigo risas y murmullos
de otras tierras bien bonitas.

De unas islas ancestrales
donde el mar es la consigna,
y el oscuro de sus tierras
hacen buena la divisa.

Hay volcanes apagados
y chumberas a la vista,
con pinares que se extienden
en profunda y larga fila.

Hay calderas y barrancos
con montañas infinitas,
que susurran a los cielos
con las nubes blanquecinas.

Mas el sol está presente
en un lado de la isla,
y en la otra son las nubes
con la lluvia menudita.

Un suspiros marinero
nos abraza con su brisa,
son los vientos que nos llegan
a dejarnos sus caricias.

En las noches se descansa
y se alejan pesadillas,
con los cuerpos renovando
unas nuevas energías.

Las mañanas son alegres
y nos dan algo de envidia,
porque llegan y se marchan
como un alba de cerilla.

"...Hoy que llego renovado
quiero darte mi sonrisa,
y ofrecerte mis poemas
como siempre, día a día..."

Rafael Sánchez Ortega ©
19/09/13

martes, 10 de septiembre de 2013

POR UNOS DÍAS CERRARÉ LA PUERTA...


Por unos días cerraré la puerta
y también la ventana de mis versos,
me iré hasta unas tierras tropicales
para andar por montañas y senderos.

Me voy, pero se quedan con vosotros,
un poco de mi vida y de mis sueños,
la eterna fantasía del poeta
que busca los latidos de lo eterno.

Prometo emborracharme de belleza
y pronto transmitiros mis recuerdos,
colores variopintos, singulares,
mezclados con la música del viento.

La vida nos suspira cada día
y deja mil caricias en el tiempo,
quizás como la brisa, que en la playa,
aviva las arenas a los cielos.

Hay niños que persiguen a las olas
y hay olas que a los niños dan un beso,
no entienden los mayores las razones
e ignoran los motivos de este juego.

Pero es la poesía de la vida,
la dulce algarabía de los cuerdos,
aquellos que cegados de locura
persiguen el amor por los desiertos.

Y siguen tras los sueños infantiles,
recorren los espacios más diversos,
escalan las montañas más altivas
y bajan sin dudar a los infiernos.

Valientes marineros de agua dulce,
enormes Don Quijotes en borregos,
y así, entre ficción y fantasía,
se tejen las leyendas y los cuentos.

Me quedo con los versos vacilantes,
con labios suplicantes de deseos,
con ojos que miraban las estrellas
y oídos que escuchaban a lo lejos.

Pero esa sensación inenarrable
la viven los poetas sin saberlo,
la llevan en la flor de los sentidos
atenta a los latidos más inquietos.

Espero que los mares me respeten,
igual que las galernas del invierno,
que acepten esta ausencia voluntaria
y dejen al verano soñoliento.

Que acabe y que termine su andadura,
que siga este septiembre solariego,
yo quiero que sus rayos nos abracen
y traigan el candor a nuestros cuerpos.

"...Por unos días cerraré la puerta
y también estos versos tan sinceros,
me voy para buscar la poesía
allá donde se encuentren sus reflejos..."

Rafael Sánchez Ortega ©
10/09/13


(Como dice el poema, "por unos días cerraré la puerta a estos versos informales". Espero regresar renovado y llevo conmigo la amistad y el cariño recibido de tantos amigos de este mundo virtual. Volveré y leeré sus trabajos, no lo duden. Un abrazo desde este rincón del cantábrico español.)

lunes, 9 de septiembre de 2013

SOY...


Soy caricia permanente
que precisa de tu aliento,
y la rosa enamorada
que percibe tu aleteo.

Soy el pecho que palpita
y que grita en el silencio,
cuando siente la presencia
y las sombras de tus sueños.

Soy el niño enamorado,
con el chiste y el tebeo
rescatando entre las letras
la princesa de sus versos.

Soy el hombre vagabundo,
con aspecto soñoliento,
que te busca y no te encuentra
a pesar de sus deseos.

Soy aquel que tú imaginas
aunque dudes en creerlo,
y te frotes bien los ojos
con la punta de los dedos.

Soy la flor en la ventana
de un poema que has abierto,
y soy letra de una mano
y la tinta de un tintero.

Soy la brisa que en tus labios
pasa y roza con esmero,
y te besa y acaricia
casi, casi, sin esfuerzo.

Soy la voz que en la mañana
te susurra junto al lecho,
y desnuda tu figura
y te viste y da su aliento.

Soy amor, si lo deseas,
el volcán que tienes dentro,
y la lava de tu sangre
derramada en el desierto.

Soy también una amapola,
un ciprés bajo los cielos,
y la barca y la trainera
que dormitan en el puerto.

Soy la lumbre que palpita,
una astilla bajo el fuego,
y ceniza derramada
que se duerme por el suelo.

Soy el roble enamorado
y el guardián de los secretos,
en un bosque de ficciones
con las hadas y los elfos.

"...Soy quizás la poesía,
la que ríe en el lamento,
la que llora y se estremece
desnudada por mis besos..."

Rafael Sánchez Ortega ©
09/09/13

domingo, 8 de septiembre de 2013

ESCUCHO LOS SILENCIOS DE LAS ALMAS...



Escucho los silencios de las almas
y siento la pasión de las mareas,
hay mucha soledad en esta noche
que trata de perderse en nuestras venas.

Hay hombres que se quedan embobados
mirando fijamente a las estrellas,
y niños soñolientos que en sus casas,
descubren una flor en sus libretas.

Marinos que bregaron por los mares
buscando entre el salitre las sirenas,
pequeños que alimentan con lecturas
el ansia de vivir, en su inocencia.

...Y mientras yo me quedo pensativo
sabiendo que la noche no es eterna,
tampoco los deseos de la carne
que el tiempo nos apremia y nos aleja.

Escucho los silencios de las almas
y tiemblo como humilde marioneta,
me abrazan sus arpegios y sus notas
y siento las caricias que me dejan.

Hay unas mariposas invisibles
que pasan, que saludan y que vuelan,
las noto cuando rozan mis entrañas
y arrancan mil gemidos de sus cuerdas.

Las cuerdas de la música sin nombre,
violines que querían ser trompetas,
el beso sin igual de las cigarras
y el dulce susurrar de las palmeras.

...Y en tanto yo camino tras tus pasos
y veo que retornas, cenicienta,
al mundo de los sueños infantiles
en busca de esa flor quizás eterna.

"...Escucho los silencios de las almas
desnudos por amor y sin cadenas,
y escucho los suspiros de mis labios
que ansían el amor y tu presencia..."

Rafael Sánchez Ortega ©
08/09/13

sábado, 7 de septiembre de 2013

FUE BONITO VIVIR AQUEL MOMENTO...


Fue bonito vivir aquel momento
y sentir el placer de contemplarte,
yo dejé que mis ojos te buscaran
y soñaran contigo en ese instante.

Fue tu voz melodiosa y tan sublime,
quien rompió los hechizos sin alardes,
y me habló, como le hablas a la vida,
con amor, con pasión y con donaire.

Y así fue que rompiste mi tristeza
y cubriste la brisa con tus artes,
me dejaste al fiel viento del nordeste
con su manto preciso en aquel lance.

Y crujieron mesanas y cubiertas
abrazados con fuerza por los aires,
y llegaron los besos y suspiros
de unos labios del cielo vacilantes.

"No te vayas aún", tú me dijiste,
y quedé pensativo ante tu frase,
yo quería seguir en ese sueño
mas tenía, por contra, que marcharme.

Y salí con el alma entristecida
y llevando rescoldos y saudades,
de los lindos minutos transcurridos
y el placer de tu voz al escucharte.

Yo sabía la magia del momento,
que pisaba, sin duda, mil cristales,
que el embrujo y la chispa se producen
y se pierden por ríos y canales.

Pero quiero quedarme con tu acento,
retener la figura tan amable,
y soñar como sueñan los poetas
con un beso, a tus labios, de mi parte.

"...Fue bonito vivir aquel momento
que quizás se quedó en inolvidable,
a pesar de que quiera repetirlo
y que frene las ansias de mi sangre..."

Rafael Sánchez Ortega ©
07/09/13

viernes, 6 de septiembre de 2013

HOY HE VISTO QUE TUS OJOS...


Hoy he visto que tus ojos
rebosaban alegría,
y tus labios seductores
saludaban a la vida.

Porque estabas muy contenta,
destilando simpatía,
con el alma entusiasmada
que asomaba a tus pupilas.

Y esos ojos primorosos
dulcemente me envolvían,
me llenaban con sus cantos
de sirenas y de ninfas.

Me llevaban a otros sueños
que hace tiempo no tenía,
a buscar entre las brañas
la preciada manzanilla.

Flor hermosa y olorosa
que en verano fiel se estira,
y que crece por los campos
en regiones infinitas.

Yo busqué, con otros niños,
esa flor casi divina,
que curaba las molestias
y dolores de la tripa.

Yo encontré, más adelante,
la impaciente margarita,
con sus pétalos livianos
deshojados con mi prisa.

Pero, salvo el parecido,
y que pueden ser familia,
ambas son muy diferentes
y también son muy distintas.

Mas retorno de mis sueños
a tus ojos que ahora brillan,
y que miran silenciosos
las estrellas que titilan.

Hay luceros en el alma
y emociones que te excitan,
hay suspiros en tus venas
que por ellas se deslizan.

Y retornan a tus labios
tantos besos y caricias,
con los mimos impacientes
y las nanas que tú oías.

"...Hoy he visto que tus ojos
se posaban en la orilla,
de ese mar que tanto quieres
y que buscas cada día..."

Rafael Sánchez Ortega ©
06/09/13

jueves, 5 de septiembre de 2013

YO SOÑABA CON PRINCESAS...



Yo soñaba con princesas,
cual producto de la edad,
y eran lindas mariposas
con sus alas de cristal.

Y volaron orgullosas
y marcharon hacia el mar,
sobre olas y salitres
de manera desigual.

Se marcharon con mis sueños,
con la gracia y con la paz,
a otras tierras y otros campos
no mirando nunca atrás.

Yo soñaba con princesas
con silueta angelical,
con el pelo alborotado
y una gracia en su mirar.

Mas volaron sin destino
y también sin un final,
en un vuelo silencioso
que es difícil de explicar.

Y quedé con mis suspiros,
como rosa en un erial,
pobre y triste jardinero
restañando su llorar.

Yo soñaba con princesas
y las tuve que olvidar,
a pesar de que quería
ir con ellas a jugar.

Porque pronto me dejaron
solitario en el rosal,
y sacándome la espina
que clavaron sin piedad.

Y sufrí como los niños
y lloré con gran pesar,
junto al río de la vida
y aquel ciervo sin igual.

"...Yo soñaba con princesas,
hace tiempo, mucho, ¡ya!...
mas volaron ambiciosas
a otro nuevo despertar..."

Rafael Sánchez Ortega ©
05/09/13

miércoles, 4 de septiembre de 2013

DEBÍ REGAR LAS FLORES...


Debí regar las flores en su día
pero dejé que el sol me las secara,
el viento, el sur, la gota dulce y fría,
impidieron la risa y la algazara.

No pude consumar tanta alegría
y le pedí a los cielos su alquitara;
el odio y la pasión, del día a día,
recé y rogué a Dios que los callara.

La herida de mi pecho fue profunda
y solo respondí con la mirada.

Mirada silenciosa y vagabunda
buscando en la distancia una llamada.

Llamada confundida, en barahúnda,
en medio del estío y de la nada.

Rafael Sánchez Ortega ©
04/09/13

martes, 3 de septiembre de 2013

RECUERDO AQUELLA TARDE...


Recuerdo aquella tarde como entonces
mirando al infinito desde el puerto,
las barcas descansaban sobre el agua,
tus manos agarradas a mis dedos.

Buscábamos la paz y el horizonte
tratando de volar con nuestros cuerpos,
buscábamos la calma en la bahía
y el tierno renacer de tantos sueños.

Queríamos amar a todo el mundo,
dejando en sus esquinas muchos besos,
rumores que llevara la corriente,
suspiros de los labios indefensos.

Queríamos sentir esos abrazos
del mar que se ofrecía aventurero,
fundirnos con sus rizos invisibles
allí donde las olas dejan ecos.

Recuerdo aquella tarde, y no la olvido,
siguiendo los susurros de los cielos,
el tono tan granate de las nubes
y el sol que se ocultaba allá, a lo lejos.

Buscábamos amor, y lo encontramos,
unidas nuestras manos en un tiempo,
sintiendo los latidos que dejaban
dos válvulas rimando en nuestros pechos.

Queríamos gritar tanta alegría,
decir a la marea todo aquello,
cantar sin la batuta y partitura
el texto tan sublime de unos versos.

Queríamos bailar sobre las aguas,
sacar nuestras pasiones y deseos,
que vieran a la luna en su menguante
y luego a las estrellas y luceros.

"...Recuerdo aquella tarde simplemente
y vuelve la nostalgia de paseo,
buscábamos amar, y nos amamos,
rompiendo el corazón con tantos miedos..."

Rafael Sánchez Ortega ©
03/09/13

lunes, 2 de septiembre de 2013

TENGO EL CORAZÓN CANSADO...


Tengo el corazón cansado
y plagado de remiendos,
con mis pasos que vacilan
y se arrastran por el suelo.

Voy desnudo y cabizbajo
y hasta un tanto soñoliento,
embriagado de la vida
que he bebido con exceso.

Soy un triste vagabundo,
un poeta con sus versos,
y un juglar, que en sus canciones,
saca todo de muy dentro.

Pero es algo que sabía
y el dolor no es algo nuevo,
pues se sufre cuando se ama
si el amor es verdadero.

Tengo el corazón cansado
y atrapado en un lamento,
reteniendo tu figura
que se escapa de mis dedos.

Voy detrás de una quimera,
vagabundo como el viento,
persiguiendo fantasías
a lo largo de los cielos.

Soy payaso en las aceras,
Don Quijote en los alberos,
y hasta soy si tú me apuras
el cometa de tus sueños.

Pero sigo caminando,
tras tus pasos, en el tiempo,
y te siguen sin palabras
mis abrazos y mis besos.

Tengo el corazón cansado
de vivir y estar sufriendo,
mendigando bien la sombra
y una fuente en el desierto,

Voy cogiendo los cristales
que se han roto del espejo,
y se clavan en las manos
y no sé donde meterlos.

Soy un simple fedatario
que confirmo lo que veo,
y lo hago con la pluma
que da vida a los cuadernos.

Pero hay algo que transforma
la resaca en un crescendo,
y me quedo ensimismado
escuchando tal concierto.

"...Tengo el corazón cansado
y se apaga el sentimiento,
aunque espero que tú llegues,
y compartas mi silencio..."

Rafael Sánchez Ortega ©
02/09/13

domingo, 1 de septiembre de 2013

EL MUNDO SE ME ESCAPA HACIA LA NADA...


El mundo se me escapa hacia la nada
y quedo recogido en el silencio;
se marchan primaveras y alegrías
y quedan los otoños soñolientos.

Me encuentro con los sueños del verano
sintiendo la nostalgia y los recuerdos
y en ellos tu sonrisa temblorosa
se marcha tras las nubes por los cielos.

Ya escapan golondrinas a otros mares
y vuelan por parajes más bien negros,
en busca de la luz y la utopía
y huyendo de los fríos del invierno.

Se apagan las pasiones de las almas
y surgen los temblores y los miedos,
las rosas florecientes se marchitan
ahogadas en calores y desiertos.

Sabemos de los ciclos y los años
que llegan y se marchan como el viento,
sabemos que la vida es una etapa
compuesta de retales y de versos.

Por eso le tememos al destino
y casi sin querer lo aborrecemos,
sabemos que la vida se termina
y en ella finalizan nuestros sueños.

Sabemos cuán fugaz es la materia
que un soplo la derrite y toma vuelo,
marchando hacia la nada sin dudarlo,
y a tantos paraísos que no quiero.

No es fácil asumir nunca el presente
y vamos al pasado sin remedio,
obviamos y evitamos el futuro
cargado con abismos tan inciertos.

"...El mundo se me escapa hacia la nada
y llora el corazón que está sufriendo,
se pierden las sonrisas de tus labios
y el mío queda ausente y sin tus besos..."

Rafael Sánchez Ortega ©
01/09/13