jueves, 31 de mayo de 2012

TRATO DE DISFRUTAR CADA SEGUNDO...


Trato de disfrutar cada segundo
de este tiempo de vida que me resta,
es un tiempo precioso que no vuelve
en el duro bogar de la trainera.

Se vive entre las olas de la vida
sujeto a marejadas y galernas,
ajeno a los vaivenes de la lancha
y al viento que te abraza y que te besa.

Se vive entre algaradas y folías
como el mar al que mueven las mareas,
y sigues indolente tu camino
en medio de rosales y azucenas.

Más he visto el mensaje de la vida,
el que escribe la fiel naturaleza,
el que rompe la paz y el equilibrio
y a las almas transmite su cadencia.

Y he sentido ese beso de las hayas,
el susurro apagado de las sendas,
el abrazo furtivo de los ríos
y el suspiro sin par de las estrellas.

He soñado con campos cultivados,
con pastores cuidando las ovejas,
labradores secándose la frente
cuando hacían un alto de la siega.

Y también con senderos mal trazados
que el tiempo condenó hasta la miseria,
y a servir de canales a las aguas
y regatos que bajan de las sierras.

No niego lo que es firme y evidente,
que el tiempo disfrutado en mí se queda,
envuelto entre los pliegues del recuerdo
vivido intensamente en esa resta.

Traté de disfrutar cada minuto,
cada segundo de  manera intensa,
bebiendo y extasiando mis sentidos
hasta dormir el alma tan inquieta.

El alma que tenía anquilosada
herida y tras grilletes y cadenas,
pudo volar, al fín, junto a las águilas
para gozar la paz de quien despierta.

Y así me desperté, tan renovado,
que quiero disfrutar lo que me queda,
el tiempo día a día y el presente
de una resta sin cifras y sin letras.

Rafael Sánchez Ortega ©
31/05/12

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