sábado, 25 de febrero de 2012

YO NO FUI VIOLINISTA EN EL TEJADO...


Yo no fui violinista en el tejado
ni tampoco un amante sin principios,
he tenido de siempre gran cuidado
de evitar los profundos precipicios.

Más no pude lograr ser alcanzado
por estigmas y grandes maleficios,
en un mundo quizás tan fracasado
donde curan heridas con cilicios.

Y llegamos al tiempo del presente
donde todo se cambia y modifica.
Es aquí donde crecen los enanos
en un tiempo mediocre y tan carente.
Este mundo precisa un "picapica"
y que Dios le acaricie con sus manos.

Rafael Sánchez Ortega ©
25/02/12

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