jueves, 16 de febrero de 2012

ES HERMOSO LLORAR CUANDO LLORAN LOS VIOLINES...


Es hermoso llorar cuando lloran los violines
y sumirse en su llanto cadencioso y agridulce,
esperando la sonrisa temblorosa
que nos mandan las estrellas.


Quizás es la resaca de los mares
resumida en sus arpegios,
quizás es el viento fresco del nordeste
quien nos deja su salitre,
quizás son los rumores de las olas
cuando llegan a las playas,
quizás son las gaviotas
cuando pasan con su vuelo,
quizás son esas algas
que nos dejan las corrientes


Una vez me dijeron que escuchara
en el silencio y extrañado así lo hice.
Y escuché los sonidos más hermosos de la vida.
Y lloré tras el silencio compartido,
con ese llanto "silencioso"
que recorre las mejillas de los niños,
lloré como el amante, ante el cuaderno,
cuando piensa en qué poema trazarán, al fin, sus dedos
para dar a la persona tan amada.


Hoy no sé si debo llorar en el silencio
ó si debo escuchar esos sonidos tan sutiles
que se escapan al oído
y que llegan solo al alma.
Porque sé que necesito del silencio,
el silencio de tus labios que musitan,
el silencio de tu pecho que suspira,
el silencio de tus besos que se estiran
en las sombras,
el silencio de tu alma malherida
con el tiempo, el silencio de tus dedos
cuando "rasgan el silencio" con tu pluma,
el silencio de tus versos, simplemente...


Rafael Sánchez Ortega ©
16/02/12

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