miércoles, 22 de septiembre de 2010

SE DURMIERON DE PRONTO LAS ESTRELLAS

Se durmieron de pronto las estrellas
y salí tembloroso a contemplarlas,
eran lindas, preciosas y hasta bellas
y creí oportuno el cortejarlas.

Parecían latidos de doncellas
descansando de amores y de charlas,
sin embargo la sombra de sus huellas
aumentaba el deseo de tocarlas.

Admiré los colores verde rojos,
que el espejo del lago reflejaba,
y sentí un temblor entre mis huesos.

¡Cuánta nota dormía entre sus ojos!,
¡cuánta sangre en su pecho descansaba!,
¡Cuánto amor en sus labios y sus besos!...

Rafael Sánchez Ortega ©
22/09/10

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