miércoles, 17 de marzo de 2010

VAN HACIA EL MAR

Van hacia el mar las barcas y marinos,
van a buscar el fruto de la pesca,
y encontrarán las playas bien pobladas
para obtener el fruto que desean.

Y dormirán allí las barcas caprichosas,
entre el vaivén con olas que les llegan,
recibirán el beso de los mares
que rozará sus quillas y cuadernas.

Van hacia el mar los rudos marineros.
van a pedir un poco de clemencia,
tras implorar el rezo de la salve
a su patrona y Virgen La Barquera.

Y pescarán, seguro, muchos peces,
y escucharán los cantos de sirenas,
ese rumor tan dulce y caprichoso
que surge entre los velos de la niebla.

Van hacia el mar gaviotas primorosas,
van a picar carnada placentera,
que surgirá entre algas y corales
para saciar entrañas tan hambrientas.

Pero también irán a ver a los marinos,
y arrancarán del cielo mil promesas,
y volarán en círculos cerrados
para que sientan ellos sus presencia.

Van hacia el mar los sueños de los hombres,
van a dormir allí con las estrellas,
para quedar colgados de los cielos
y sobre el mar paciente que los nea.

Pero otros sueños puede que se queden
junto al portal que cuida la redera,
esa mujer de rostro impenetrable,
que sufre mientras baja la marea.

Van hacia el mar suspiros desde el muelle,
van con la brisa fresca y tan ligera,
para llevar el beso de unos labios
para dejar el eco de la tierra.

Pero el suspiro tierno que se escapa,
es el amor del pecho que ahora tiembla,
es la oración pidiendo que regrese
el corazón del hombre a la ribera.

Van hacia el mar los hombres y los dioses,
van a sembrar recuerdos y leyendas,
y volverán de nuevo hacia los muelles
con el salitre amargo en la cubierta.

Más volverán los pechos renovados
y buscarán nerviosos una puerta,
ese rincón que guarda la figura
y el tierno corazón que amando espera.

Rafael Sánchez Ortega ©
17/03/10

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